Capítulo 5
-La transformación
Al fin era sábado estaba emocionada y nerviosa por la fiesta de esta noche
aun no tenía que ponerme y tampoco me había preocupado por el vestuario.
—Me levante de la cama a tomar una ducha— abrí la llave —dejando caer el agua caliente sobre mi cuerpo mientras me dejaba llevar por esa sensación tan relajante perdí la noción del tiempo quedándome más tiempo de lo previsto.
Cuando salí note que mi celular encendió la pantalla mostrando una llamada perdida de un número que era desconocido para mi, no pretendí devolver la llamada pero este volvió a sonar sin poder ignorarlo tome la llama.
—Hola preciosa— dijo una voz al otro lado del teléfono.
—Hola— respondí con voz cortante.
— ¿Quién eres—pregunte.
— Tan rápido te olvidaste de mi, porque yo no olvide lo hermosa que estabas ayer— respondió la voz que aun no me era reconocida.
Me queden en silencio ya que no sabía como responder a sus palabras, pero este respondió al instante.
—Soy Derek— contesto con un tono divertido.
Y ahí estaba mi corazón latiendo como loco cada vez que escuchaba su nombre, ¿porque me pasa esto? repetía cientos de veces en mi cabeza como puede tener ese efecto en mi para que mi corazón palpitara desenfrenadamente no lograba entenderlo y cada vez más sentía la con función dentro de mi.
— ¿Como sabes mi número?— pregunte sin rodeos.
—Se lo pedí a Oliver— respondió Derek a mi pregunta.
—Esta bien— dije sin más.
— ¿Te molesta que te llamara?— dice Derek con desanimo.
—No, para nada— respondí.
Derek y yo hablamos de todo un poco mientras que las horas pasaban volando y el día transcurría con rapidez que suerte que no ve tu cara de niña boba, cuando le dan su primer juguete habla mi subconsciente mientras se ríe de la situación.
— Ya estaba atardeciendo y no encontraba que ponerme para la fiesta de está noche.
Revise todo mi armario en busca de un vestido pero, olvide que yo no usaba ese tipo de vestuario así que me coloque lo primero que vi sentí que la puerta de mi habitación se abría y mire de reojo a mi madre que me miraba con cara de pánico.
— ¿Hoy es la fiesta hija?— pregunta mi madre con cara interrogativa.
—Si— respondí sin ganas.
— ¿Iras vestida así?—pregunta mi madre quien me miraba de arriba abajo con la mirada.
—Supongo que si— conteste distante.
Mi madre negó con la cabeza haciendo una seña de reprobación, se levanto de su asiento dando por terminado la conversación o era lo que pensaba yo.
—Quédate aquí— dijo mi madre con voz autoritaria.
Asentí con la cabeza y me senté en la orilla de mi cama a esperar lo que tramara mi madre, al cabo de unos minutos apareció con dos cajas una era más grande que la otra.
—Toma— dijo mi madre sonriendo — me entrego las dos cajas con contenidos diferentes.
Abrí la primera caja más pequeña mis ojos brillaron, cuando vi una zapatillas negras con una hermosa decoración al frente luego hice el mismo proceso con la caja más grande, para mi sorpresa había un vestido que combinaban con las zapatillas era negro y sin tirantes su estilo lo hacía lucir realmente hermoso estaba más que segura que mi cara parecía la de una niña pequeña cuando le dan un caramelo.
— ¿Qué esperas para ponértelo?— pregunta mi madre que ahora me miraba desde lejos.
Saque el vestido de la caja y me lo puse con mucho cuidado, después me puse una zapatilla en mi pie derecho y luego la otra zapatilla en el pie izquierdo, me dirigía directamente al espejo para mirarme pero mi madre me detuvo.
—Aun no hija—dice mi madre negando con su dedo índice y llevándome a un pequeño asiento alejada del espejo.
La curiosidad me atacaba sin piedad y no podía hacer otra cosa más que sentarme y quedarme quieta, mientras mi madre sacaba unas cajetas que contenían maquillajes y brillo labial, empezó colocándome una base del color de mi piel seguido de un poco de polvo en la cara, luego continuo colocándoles sombras a mis ojos combinándolas con el vestuario que tenia puesto, un labial rosa pálido y por ultimo un poco de rubor en mis mejillas, dejo mi pelo suelto haciendo que estos caigan en el costado de mis hombros de forma sexy y elegante a la vez.
—Listo— dice— mi madre con una sonrisa de oreja a oreja.
— ¿Ya puedo verme?— pregunte con desesperación.
—Si—dice mi madre.
Me levante del lugar donde anteriormente estaba sentada y me dirigí nuevamente al espejo, mis ojos no creían lo que estaban viendo, ¿esa soy yo? decía la voz dentro de mi que se miraba sin poder asimilar lo que veía, el vestido era ajustado haciéndome ver una muy buena figura un poco corto pero no exageradamente y el maquillaje de mi cara era simplemente perfecto.
—Gracias mamá— dije mientras la abrazaba con todo el agradecimiento del mundo.
—De nada hija, eres hermosa y hoy lo estás más—dijo mi madre devolviéndome el abrazo.
Al cabo de un rato sonó el timbre de la puerta por la hora que era de seguro era Oliver quien me pasaba a recoger como habíamos acordado.
—Huy, no sabía que Briana tenía una hermana gemela— dijo —Oliver cuando abrí la puerta moviendo sus cejas de forma coqueta.
—¿Cómo te llamas Bombón?— pregunta Oliver con voz picara.
Trate de ahogar la risa que amenazaba con salir pero termine riéndome de las locuras de Oliver.
—Oliver, no seas tonto—dije pegándole en el hombro.
—¡¡Auch!!—
—Para ser chica pegas muy fuerte— se queja— Oliver mientras se tocaba el hombre donde le había pegado.
—Ya, vayámonos— dije mientras agarraba la mano de Oliver y soltaba una pequeña risa burlona.
Al llegar a la fiesta el ruido se escuchaba desde afuera se veía a las personas en un ambiente descontrolado y todos tomando alcohol, bailando riendo disfrutando de la gran fiesta diría yo, entre y sentía que los chicos me miraban con pasión y otros me admiraban desde la distancia algunos tuvieron la valentía de saludarme a la mayoría trataba de corresponderle el saludo aunque algo cortante.
—Hola muñeca—dijo una voz desconocida acercando su respiración a mi cuello.
Me di la vuelta para mirar al dueño de aquella voz pero, era un total desconocido para mi un chico alto de pelo oscuro desordenado, ojos grises con muy buen cuerpo, se notaba que había tomado mucho alcohol su respiración y aliento lo delataba de lejos.
—Me tengo que ir— dije alejándome.
— ¿Por qué tan rápido preciosa?—dijo este agarrándome de la cintura y acercándome a el.
— ¡Suéltame!—conteste con voz enfadada.
— ¿Y si no quiero que?— Contesto el chico con voz interrogativa mientras acercaba su cara a la mía.
—Y si no quieres tendré que romperte la cara— dijo una voz detrás de nosotros.
El chico me soltó al instante y procedí a darme la vuelta para ver quien era el otro chico. ¿Derek? si, en serio es Derek quien lo miraba con furia y apretando los nudillos de las manos en forma de puños.
—L-lo siento, pensé que estaba sola— dijo el chico nervioso.
—Espero verte bien lejos de ella es mía ¿entendiste? — dijo Derek dándole una mirada intimidante al chico.
—S-ssi— respondió este desapareciendo dentro de la multitud.
Mientras que mi corazón latía con fuerza y podía sentir la adrenalina que se expandía por mi cuerpo cuando escuche la voz de Derek diciendo que era suya.
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